Braquiterapia: qué es, tipos y cómo funciona
La braquiterapia es una técnica de tratamiento de ciertos tipos de cáncer que destaca por su precisión y su capacidad para actuar directamente sobre el tumor desde el interior del cuerpo. A diferencia de otras formas de radioterapia, esta modalidad coloca pequeñas fuentes radiactivas muy cerca o incluso dentro de la lesión, logrando irradiar el tejido enfermo de manera localizada. Gracias a ello, se reduce el daño sobre los tejidos sanos y se aumenta la eficacia terapéutica.
¿Qué es la braquiterapia?
Conocer la braquiterapia, qué es y cómo funciona permite a los pacientes acercarse a una técnica muy efectiva. Consiste en introducir fuentes de radiación en el interior del organismo y de manera muy próxima al tumor. De este modo, la radiación actúa directamente sobre las células malignas, destruyéndolas o impidiendo su crecimiento.
Se trata de un procedimiento muy utilizado en distintos tipos de cáncer, sobre todo en aquellos que afectan a órganos accesibles. De esta manera, la braquiterapia uterina o braquiterapia ginecológica, o la braquiterapia de mama, tiene como objetivo aplicar la dosis precisa en el lugar exacto, limitando al máximo la exposición del resto del cuerpo.
¿Cómo funciona la braquiterapia?
En cuanto a la braquiterapia y cómo funciona, la técnica es simple en apariencia, aunque requiere una planificación minuciosa. Los especialistas introducen una fuente radiactiva sellada que emite partículas o rayos en el punto del cuerpo donde se encuentra el tumor. Esta fuente puede permanecer dentro del organismo durante minutos, horas o incluso de forma semipermanente, según el tipo de tratamiento.
Al emitir radiación desde el interior, la dosis que recibe el tumor es muy alta, mientras que la que llega a los tejidos cercanos es mínima. La distribución de la dosis se calcula con precisión, utilizando una tecnología avanzada que simula la anatomía del paciente y la trayectoria del haz radiactivo. De este modo, la braquiterapia logra un equilibrio perfecto entre efectividad y seguridad.
Tipos de braquiterapia
Existen distintos tipos de braquiterapia, que se clasifican en función de la intensidad de la dosis y el tiempo que la fuente radiactiva permanece en el cuerpo.
Braquiterapia de dosis baja (LDR)
En la braquiterapia de dosis baja, las fuentes de radiación permanecen cerca del tumor durante un período prolongado, en el que el paciente está hospitalizado para mantener las medidas de seguridad necesarias. Esta técnica permite una liberación gradual de radiación y se usa con frecuencia en tumores ginecológicos.
Braquiterapia de dosis alta (HDR)
La braquiterapia HDR administra una dosis más intensa en un tiempo mucho más corto, normalmente en sesiones de pocos minutos. Y tras cada aplicación, la fuente radiactiva se retira. Esta técnica suele realizarse en varias sesiones y permite tratamientos más rápidos, a menudo sin necesidad de hospitalización. Se puede emplear en determinados casos de braquiterapia de mama, de cuello uterino o en otros tumores accesibles.
Braquiterapia permanente
También conocida como de implantes permanentes, esta técnica consiste en colocar pequeñas fuentes radiactivas dentro del tumor que liberan radiación durante semanas o meses, hasta que pierden su actividad. Es una técnica común en determinados cánceres de próstata, y algunos tumores de cabeza y cuello.
Diferencia entre braquiterapia y radioterapia
Aunque ambas técnicas forman parte del tratamiento radioterápico del cáncer, la diferencia entre braquiterapia y radioterapia radica en la forma en que se administra la radiación. En la radioterapia externa, el haz se genera fuera del cuerpo y se dirige al tumor desde diferentes ángulos, mientras que en la braquiterapia la fuente radiactiva se coloca dentro o muy cerca del área afectada.
La braquiterapia es más precisa y permite que el tejido sano reciba dosis significativamente menores. Además, suele requerir menos sesiones que la radioterapia externa, ya que las dosis por aplicación son más altas. En algunos tratamientos se combinan ambas modalidades, de manera que la radioterapia externa cubre un área más amplia y la braquiterapia actúa como refuerzo localizado.
Ventajas y posibles efectos secundarios
La braquiterapia permite administrar dosis altas en el tumor con una precisión milimétrica, reduciendo los efectos secundarios sobre órganos cercanos. Los tiempos de tratamiento son más cortos y en muchos casos el procedimiento se realiza de forma ambulatoria, sin necesidad de hospitalización prolongada.
Sin embargo, como en todo tratamiento oncológico, pueden aparecer efectos secundarios. Los más habituales son molestias o inflamación en la zona tratada, sangrado leve o irritación de mucosas. En la braquiterapia uterina o braquiterapia endocavitaria es frecuente cierta irritación vaginal o intestinal, mientras que en la braquiterapia intersticial o prostática pueden presentarse molestias urinarias o temporales en la zona pélvica.
Estos efectos suelen ser transitorios y controlables con la supervisión médica adecuada. En cualquier caso, siempre hay que medir el balance entre riesgos y beneficios de la braquiterapia. El equipo médico lo hará de forma individualizada, teniendo en cuenta el tipo de tumor, su localización y las características del paciente.
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